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           n la década de los 50, hasta la caída del muro de Berlín

           en 1989, la República Democrática Alemana forzó a

   aproximadamente 10.000 deportistas alemanes a someterse a un programa de dopaje.

 

Tras este dopaje muchos deportistas pagaron un precio muy alta. Varios de ellos sufrían de trastornos causados por los efectos de sustancias, como impotencia, cirrosis, trastornos hormonales e incluso insuficiencias cardiacas.

 

Las mujeres fueron las que más sufrieron los efectos del dopaje, porque ellas eran el principal objetivo de este programa. Como decían sus entrenadores de natación, “no podemos acercar los hombres a los peces, pero sí las mujeres a los hombres”.